martes, 12 de febrero de 2013

La Creación


La Creación de los animales, 1550 - 1553. Obra de Tintoretto
Óleo sobre lienzo. 151×258 cm

Esta imagen nos puede ayudar a releer la lectura del génesis que la liturgia nos propone hoy. El cuadro forma parte de una serie de cinco relatos bíblicos que el artista realizó por encargo para el Albergo de la Scuola della Santissima Trinità en Venecia. 
Aparece en el centro del lienzo, dominando toda la composición, la figura de Dios suspendido en el aire levantando los dedos índice y corazón en el acto de la Creación. La diversidad de animales aparece como un repertorio en el que cada especie se encuentra en su propio elemento.

«Pululen las aguas un pulular de vivientes, y pájaros vuelen sobre la tierra frente a la bóveda del cielo. »
Y creó Dios los cetáceos y los vivientes que se deslizan y que el agua hizo pulular según sus especies, y las aves aladas según sus especies.
Y vio Dios que era bueno.
Y Dios los bendijo, diciendo:
-«Creced, multiplicaos, llenad las aguas del mar; que las aves se multipliquen en la tierra. »
Pasó una tarde, pasó una mañana: el día quinto.
Y dijo Dios:
-«Produzca la tierra vivientes según sus especies: animales domésticos, reptiles y fieras según sus especies.»
Y así fue.
E hizo Dios las fieras según sus especies, los animales domésticos según sus especies y los reptiles según sus especies.
Y vio Dios que era bueno.
Y dijo Dios:
-«Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza; que domine los peces del mar, las aves del cielo, los animales domésticos, los reptiles de la tierra.»
Y creó Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó; hombre y mujer los creó.
Y los bendijo Dios y les dijo:
-«Creced, multiplicaos, llenad la tierra y sometedla; dominad los peces del mar, las aves del cielo, los vivientes que se mueven sobre la tierra. »
Y dijo Dios:
-«Mirad, os entrego todas las hierbas que engendran semilla sobre la faz de la tierra; y todos los árboles frutales que engendran semilla os servirán de alimento; y a todas las fieras de la tierra, a todas las aves del cielo, a todos los reptiles de la tierra, a todo ser que respira, la hierba verde les servirá de alimento.»
Y así fue.
Y vio Dios todo lo que había hecho; y era muy bueno.
Pasó una tarde, pasó una mañana: el día sexto.
Y quedaron concluidos el cielo, la tierra y sus ejércitos.
Y concluyó Dios para el día séptimo todo el trabajo que había hecho; y descansó el día séptimo de todo el trabajo que había hecho.
Y bendijo Dios el día séptimo y lo consagró, porque en él descansó de todo el trabajo que Dios había hecho cuando creó.
Ésta es la historia de la creación del cielo y de la tierra.
Génesis 1, 20-2, 4a


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