lunes, 25 de febrero de 2013

Puerta del Sarmental


 Puerta del Sarmental, 1230 y 1240
 Lado sur del crucero.
Catedral de santa María, Burgos. España

El programa desarrollado en la Portada del Sarmental de la catedral de Burgos es Apocalíptico y podría encajar con el texto del profeta Daniel que hemos leído hoy en la misa; Señor, Dios grande y terrible, que guardas la alianza y eres leal con los que te aman y cumplen tus mandamientos. Hemos pecado, hemos cometido crímenes y delitos, nos hemos rebelado apartándonos de tus mandatos y preceptos.
No hicimos caso a tus siervos, los profetas, que hablaban en tu nombre a nuestros reyes, a nuestros príncipes, padres y terratenientes. Tú, Señor, tienes razón, a nosotros nos abruma hoy la vergüenza: a los habitantes de Jerusalén, a judíos e israelitas, cercanos y lejanos, en todos los países por donde los dispersaste por los delitos que cometieron contra ti. Señor, nos abruma la vergüenza: a nuestros reyes, príncipes y padres, porque hemos pecado contra ti. Pero, aunque nosotros nos hemos rebelado, el Señor, nuestro Dios, es compasivo y perdona. No obedecimos al Señor, nuestro Dios, siguiendo las normas que nos daba por sus siervos, los profetas. 
Cristo está rodeado por el Tetramorfos, presidiendo el tímpano. Los cuatro evangelistas acompañados por sus símbolos, aparecen sentados ante atriles, escribiendo a modo de dictado lo que Jesús dice, cosa que me gustaría poner en relación con el evangelio de hoy; Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo; no juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados; dad, y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante. La medida que uséis, la usarán con vosotros.
Por una parte se combina la visión del Cristo Juez y soberano de todos nosotros con la de maestro bueno y Señor misericordioso que nos enseña como comportarnos ante ese inminente juicio. 
En esta fachada podemos ver a los ancianos con ángeles y serafines, santos y profetas junto a esa magnifica figura de Cristo sentado, bendiciendo con su mano derecha y sosteniendo en la izquierda el Libro de la Vida. Los propios evangelistas sentados en sus pupitres escriben ante el maestro dando a la escena una gran carga de realismo. El tamaño de los evangelistas es menor al de Jesús, de acuerdo con el precepto de la perspectiva jerárquica. El apostolado, que parece escuchar desde abajo, va cubierto por un doselete corrido formando arquillos. Ahí podemos identificarnos, a la escucha del maestro, para dar testimonio, y para aprender de Él y estar preparados para el día terrible del Juicio en el que vendrá rodeado de esa gloria, en que lo vemos representado,a a examinarnos con la medida del amor. La medida que uséis, la usarán con vosotros.

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