sábado, 4 de mayo de 2013

Cristo Varón de Dolores


Cristo Varón de Dolores. ca. 1490-1551. Obra de Adriaen de Isenbrand
Óleo sobre Tabla, 46 x 29 cm
Museo del Prado, Madrid. España

Hoy escuchando la lectura del  evangelio según san Juan (15,18-21) y contemplar esta imagen posiblemente se nos estremezca el alma. El mismo Cristo, cruz en mano, coronado de espinas y maniatado, casi un momento antes de ser crucificado en el Gólgota, nos mira profundamente a los ojos y nos recuerda estas palabras;

Si el mundo os odia, sabed que me ha odiado a mí antes que a vosotros.
Si fuerais del mundo, el mundo os amaría como cosa suya, pero como no sois del mundo, sino que yo os he escogido sacándoos del mundo, por eso el mundo os odia.
Recordad lo que os dije: "No es el siervo más que su amo. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra."
Y todo eso lo harán con vosotros a causa de mi nombre, porque no conocen al que me envió.

A la izquierda de la escena vemos como, a las puertas de Jerusalén, el autor representa el camino del Calvario, Jesús cargando con la cruz. A la derecha, todos se dirigen hacia el monte de la crucifixión, situado en el fondo, sobre el que se alzan las cruces de Cristo y de los dos ladrones. 

El Cristo de Pasión, es una imagen de devoción destinada a la meditación de todo fiel cristiano ya que, por cuya salvación ha muerto Jesús en la cruz. El autor de la obra ha separado bien la escena del camino al calvario y crucifixión, en segundo plano, dejándonos de frente a un Cristo inmóvil, fuertemente asentado sobre la roca manifiesta firmeza y seguridad. Parece afirmarnos que tras el abrazo de la cruz está la luz de la resurrección. Él  nos interroga en el silencio y a la vez nos da seguridad en sus palabras, nos invita a serle fiel y a no desesperar en la adversidad.

"No es el siervo más que su amo. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán;



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