viernes, 17 de mayo de 2013


San Pascual Bailón. 1661. Obra de Jerónimo Jacinto de Espinosa
Óleo sobre lienzo, 148 x 102 cm. 

Con este cuadro recordamos hoy a san Pascual Bailón un santo del levante español, humilde y de gran oración. Amo el servicio a los pobres y sobre todo profeso gran amor a la eucaristía. Fue pastor y a los 24 años pidió ser admitido como hermano religioso entre los franciscanos. Pascual nació en el sía de Pentecostés de 1540 y murió en la fiesta de Pentecostés de 1592, el 17 de mayo 

Para animar a los católicos a profesar valientemente su fe y a practicar las virtudes cristianas, ningún medio es más eficaz que el que consiste en alimentar y aumentar la piedad del pueblo hacia aquella admirable prenda de amor, vínculo de paz y de unidad, que es el Sacramento de la eucaristía.

Ahora bien, entre aquellos cuya piedad para con este sublime misterio de la fe se manifestó con más vívido fervor, Pascual Bailón ocupa el primer lugar. Dotado por naturaleza de muy delicada afición a las cosas celestiales, después de haber pasado santamente la juventud en la guarda de su rebaño, abrazó una vida más severa en la Orden de Frailes Menores de la estricta observancia, y mereció por sus meditaciones sobre el convite eucarístico adquirir la ciencia relativa a él; hasta el punto de que aquel hombre, desprovisto de nociones y aptitudes literarias, resultó capaz de responder a preguntas sobre las más difíciles materias de fe, y hasta de escribir libros piadosos. Pública y abiertamente profesó la verdad de la eucaristía entre los herejes y, por ello, tuvo que pasar por graves pruebas. Emulo del mártir Tarsicio, fue varias veces amenazado con la muerte.

León XIII, Breve apostólico Providentissimus 

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