miércoles, 10 de julio de 2013

Fray Juan Andrés Rizi de Guevara. La cena de san Benito

La Cena de San Benito. Fray Juan Andrés Ricci
 Óleo sobre lienzo. Medidas: 185cm x 216cm.
Museo del Prado. Madrid España.

Fray Juan Andrés Ricci fue un monje benedictino que vivió entre los años 1600 a 1681. vivió, entre otros monasterios, en Silos, en San Millán y en Montecasino, en todos los cuales dejó muestras de su maestría pictórica.

La obra que hoy proponemos a la contemplación, a la vista de la solemnidad de nuestro Padre san Benito, es la llamada Cena de san Benito. Se trata de una escena procedente de la biografía del santo contenida en el libro de los Diálogos del papa san Gregorio Magno. San Benito está cenando, y pide que un joven monje le ilumine. Éste, procedente de una familia notable, se siente herido en su orgullo, y se rebela interiormente contra lo servil del servicio. Pero san Benito conoce la tentación que sufre el monje, y lo reprende.

En otra ocasión, mientras el venerable abad tomaba su alimento hacia el atardecer, cierto monje, hijo de un abogado, le sostenía la lámpara delante de la mesa. Y mientras el hombre de Dios comía y él le alumbraba, comenzó a pensar y decir secretamente en su interior: "¿Quién es éste para que yo tenga que servirle y sostenerle la lámpara mientras come? ¿Y siendo yo quien soy, he de servirle?". Al punto, dirigiéndose a él el hombre de Dios, comenzó a increparle ásperamente, diciéndole: "¡Santigua tu corazón, hermano! ¿Qué es lo que estás pensando? ¡Santigua tu corazón!". Inmediatamente llamó a los monjes, mandó que le quitasen la lámpara de sus manos, y a él le ordenó que cesara en su servicio y se sentara. Preguntado luego por los monjes qué es lo que había pensado, les contó prolijamente cómo se había envanecido por espíritu de soberbia y lo que había dicho interiormente en su pensamiento contra el hombre de Dios. Con esto, todos vieron claramente que nada podía ocultarse al venerable Benito, pues había percibido hasta un simple discurso mental.

La obra está concebida en términos tenebristas, con una iluminación artificial que destaca las actitudes de los  rostros de ambos personajes. En suma, se trata de una obra didáctica, concebida por un monje para servir a la edificación de otros monjes.

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