domingo, 9 de marzo de 2014

Juan de Flandes. Las tentaciones de Cristo en el desierto.


Las tentaciones de Cristo en el desierto 1496-1504. Juan de Flandes
Óleo sobre tabla. 25 x 15 cm
National Gallery. Washington

El primer Domingo de Cuaresma nos propone la liturgia meditar sobre las tentaciones de Cristo en el desierto. El demonio se acerca a Jesús, que lleva cuarenta días ayunando, con el propósito de que se aleja de Dios y le preste sumisión. Para ilustrar esta escena hemos escogido una tabla de Juan de Flandes, perteneciente al llamado Retablo de Isabel la Católica.

Juan de Flandes es un pintor del que tenemos noticias a partir de su llegada a Castilla, para trabajar para la reina Isabel la Católica. su técnica flamenca se va a combinar con la luz y los paisajes castellanos. La reina encargó a dos pintores, Juan de Flandes y Michael Sittow (Melcho Alemán), la composición de un retablo portátil, con el fin de que la acompañara en sus desplazamientos. Este retablo constaba de cuarenta y siete tablas, de las que conservamos veintisiete. Ha sido calificado con el más delicioso Evangelio ilustrado conocido.

La tabla que hoy nos ocupa nos presenta a Jesús, sentado, al que se le acerca el demonio vestido con hábito franciscano. Es la forma que tiene el artista de poner de manifiesto la utilización de lo sagrado que hizo el diablo, pues tentó a Jesús con las mismas palabras de la Escritura. En concreto, la acción central se refiere a la tentación de que Jesús convierta las piedras en panes.

En un segundo plano, a derecha e izquierda, en la parte superior, están las otras dos tentaciones, difuminadas: en lo alto del Templo, representado como una torre, donde le dice el demonio que se tire, para que lo recojan los ángeles; y en un monte elevado, donde le muestra los reinos del mundo y promete dárselos a cambio de que lo adore.

La obra posee una composición magistral, y nos ayuda este domingo a meditar sobre este texto del Evangelio, que nos abre las puertas del ayuno cuaresmal.

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