miércoles, 10 de septiembre de 2014

Giovanni Bocatti. San Sabino conversando con san Benito

San Sabino conversando con san Benito. 1473. Giovanni Boccati
Óleo y témpera sobre tabla. Medidas: 27 cm. x 35 cm.
Colección Thyssen-Bornemisza, en depósito en el Museo Nacional de Arte de Cataluña 

El Evangelio que leemos en la Eucaristía nos habla hoy de los que son dichosos, y los que son desdichados, pero no según los criterios del mundo, sino según la nueva creación que Jesús trajo al mundo directamente querida por Dios. Por eso, hemos querido hoy contemplar la imagen de dos santos: en su época, pasaron desapercibidos, en comparación con magnates o emperadores, pero su memoria es conservada por los creyentes como santos, es decir, bienaventurados. Se trata de una tabla del italiano Giovanni Bocatti, que representa a san Sabino conversando con san Benito.

Esta tabla formó parte de una predela dedicada a la vida de san Sabino. San Sabino conversando con san Benito es la primera escena, a la que siguen otras tres más identificadas, organizando una serie que narra la vida del santo obispo de Canosa di Puglia. La pintura central de este altar, que conserva todavía su marco original y se encuentra en el Museo de Budapest, representa La Virgen y el Niño entronizados con ángeles y santos. El emplazamiento original de este hermoso conjunto fue la capilla dedicada a san Sabino en el Palazzo Petrangeli de Orvieto.

En la primera escena, san Sabino y san Benito, sentados en un exterior que se ha identificado con Montecasino, conversan sobre la entrada en Roma del último rey ostrogodo, Totila. La vida del san Sabino, como la de san Benito, es narrada por san Gregorio en el Libro de los Diálogos.

Pertenecientes a los años de madurez del artista, esta pintura muestran el fino sentido narrativo y descriptivo desarrollado por Boccati, especialmente patente en las figuras, que se ayudan de un lenguaje gesticular expresivo, y en el tratamiento del paisaje, elaborado con luminosos colores. El artista emplea la arquitectura como un simple telón de fondo para enmarcar la escena. Así, vemos entre masas rocosas un edificio convencional, en tonos salmones, a través de cuyos muros descubrimos una capilla a la izquierda, seguida de una logia y la base de una torre. Boccati emplea una luz clara y brillante que, a la derecha, baña las montañas y la ciudad amurallada.

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