lunes, 29 de septiembre de 2014

Miguel Ximénez. San Miguel

San Miguel. 1475. Miguel Ximénez
Técnica mixta sobre tabla. Medidas: 140 cm x 75 cm.
Museo del Prado. Madrid. España

Celebramnos hoy la fiesta de los santos Arcángeles Miguel, Rafael y Gabriel. El origen de esta fiesta es la veneración al arcángel san Miguel en la ciudad de Roma, con la dedicación de la Basílica de San Miguel en este día, tal como lo establece el Sacramentario Gregoriano en el siglo octavo. Después de la reforma litúrgica del Vaticano II, se unió en esta fiesta las figuras de los tres arcángeles, cuyos nombres se citan en las Sagradas Escrituras.

San Gregorio Magno, en su Homilía 34 sobre los Evangelios, afirma:

Por esto, cuando se trata de alguna misión que requiera un poder especial, es enviado Miguel, dando a entender por su actuación y por su nombre que nadie puede hacer lo que sólo Dios puede hacer. De ahí que aquel antiguo enemigo, que por su soberbia pretendió igualarse a Dios, diciendo: Escalaré los cielos, por encima de los astros divinos levantaré mi trono, me igualaré al Altísimo, nos es mostrado luchando contra el arcángel Miguel, cuando, al fin del mundo, será desposeído de su poder y destinado al extremo suplicio, como nos lo presenta Juan: Se trabó una batalla con el arcángel Miguel.

A María le fue enviado Gabriel, cuyo nombre significa: «Fortaleza de Dios», porque venía a anunciar a aquel que, a pesar de su apariencia humilde, había de reducir a los Principados y Potestades. Era, pues, natural que aquel que es la fortaleza de Dios anunciara la venida del que es el Señor de los ejércitos y héroe en las batallas.

Rafael significa, como dijimos: «Medicina de Dios»; este nombre le viene del hecho de haber curado a Tobías, cuando, tocándole los ojos con sus manos, lo libró de las tinieblas de su ceguera. Si, pues, había sido enviado a curar, con razón es llamado «Medicina de Dios».

La iconografía de san Miguel es abundante. suele representarse como un guerrero, que lucha contra el dragón; o bien, en el acto de ayudar a las almas en el juicio final, pesando sus buenas acciones para evitar que caigan en la condenación eterna. Hoy contemplamos una tabla que pertenece a la calle izquierda del Retablo de la Piedad, San Miguel y Santa Catalina de la Iglesia de Santa María de Ejea de los Caballeros (Zaragoza). El pintor, natural de Pareja (Guadalajara) y activo en Aragón, muestra al Arcángel vestido con armadura y manto y clavando la lanza en la cabeza del demonio, bajo sus pies.

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