jueves, 9 de octubre de 2014

Zurbarán. San Luis Bertrán

San Luis Bertrán. 1640. Francisco de Zurbarán
Óleo sobre lienzo. Medidas: 209 cm x 154 cm.
Museo de Bellas Artes. Sevilla.


El Martirologio romano nos recuerda hoy la memoria de san Luis Bertrán, en Valencia, presbítero de la Orden de Predicadores, que en América meridional predicó el Evangelio de Cristo y defendió a varios pueblos indígenas. Su retrato fue pintado por Francisco de Zurbarán, en un lienzo que conserva hoy el Museo de Bellas Artes de Sevilla.

San Luis Bertrán nace el 1 de enero de 1526 en Valencia. Sus padres, Luis y Juana, eran nobles y piadosos. Tenia 16 años cuando abandona su hogar y peregrina al sepulcro del Apóstol en Santiago de Compostela. A su regreso intenta ingresar en el Noviciado de los Dominicos de su ciudad natal pero, debido a la negativa de sus padres, se le demora el ingreso. Decidido en su propósito asiste, de incógnito, a las reuniones conventuales para escuchar las pláticas del Superior. Con 18 años, el 22 de agosto de 1544, recibe el hábito dominicano. Es tan llamativa su entrega y generosidad por vivir el ideal de Santo Domingo de Guzmán que pronto destaca por sus penitencias y austeridades, por el recogimiento en sus dilatadas horas ante el Santísimo Sacramento de la Eucaristía y por la transparencia de su vida.

Tres años más tarde, en 1547, es ordenado sacerdote. En 1.549 muere su padre y es destinado a Valencia, siendo nombrado Maestro de Novicios y de Estudiantes porque todos consideraban a Luis Bertrán como la encarnación viviente del ideal dominicano. Valencia es presa de una peste maligna, los religiosos son repartidos y el P. Luis marcha al Convento de Santa Ana en Albaida.

El espíritu misionero se impone en su vida y comienza una nueva etapa y una nueva aventura. Tiene 36 años. El 14 de febrero de 1562 parte rumbo al Nueva Granada, la actual Colombia. A lo largo de 7 años es un misionero infatigable que cautiva con el ejemplo de su vida: en más de una ocasión, con peligros y pese a su quebradiza salud, su entrega, penalidades y tribulaciones.

Su campo de misión hay que situarlo en tierra adentro, más allá de Cartagena de Indias, en el área montañosa de Santa Marta y, más en concreto, en torno a Tubará. Su vida ejemplar y su fidelidad al Evangelio chocan con la ambición y con los abusos de los encomenderos cuya vida era ganar y ganar pasando por encima de las personas y de sus elementales derechos.

Es elegido Prior del Convento de los dominicos de Bogotá. Después de consultar con su hermano de Orden y gran figura de la evangelización de América, Fray Bartolomé de las Casas, regresa a España en 1.569.

Al año siguiente es elegido Prior del Convento de San Onofre de Museros. Al terminar su trienio, los superiores le vuelven a encargar la formación del Noviciado. Permanece al frente hasta el 15 de mayo de 1.575 en que es elegido Prior del Convento de Valencia. Concluido el período, una vez más, los superiores vuelven a nombrarle Maestro de Novicios.

San Luis Bertrán alcanza fama de santidad y de hombre de Dios en todas las clases sociales. Mantuvo correspondencia con Santa Teresa de Jesús y con San Juan de Ribera, Arzobispo de Valencia. Después de larga y penosa enfermedad muere en su ciudad natal el 9 de octubre de 1581. Tenia 55 años de edad. Fue beatificado por Pablo V el 19 de julio de 1608 y 63 años más tarde, el12 de abril de 1671 es canonizado por el Papa Clemente X.

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