martes, 27 de enero de 2015

Rembrandt. Timoteo y su abuela Loida.

Timoteo y su abuela Loida, 1648. Rembrandt
Óleo sobre lienzo, Medidas: 40 x 31 cm
Colección del Conde de Ellesmere

Al acordarme de tus lágrimas, ansío verte, para llenarme de alegría, refrescando la memoria de tu fe sincera, esa fe que tuvieron tu abuela Loide y tu madre Eunice, y que estoy seguro que tienes también tú. Por esta razón te recuerdo que reavives el don de Dios, que recibiste cuando te impuse las manos; porque Dios no nos ha dado un espíritu cobarde, sino un espíritu de energía, amor y buen juicio. No te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor y de mí, su prisionero.

Recordamos y veneramos hoy la memoria de los santos Timoteo y Tito; ambos fueron discípulos de Pablo, y recibieron sendas epístolas, que conservamos en el canon del Nuevo Testamento. De la de Timoteo leemos esta entrañable página, que muestra la familiaridad que le tuvo Pablo. Esa misma familiaridad es la que intenta retratar Rembrandt en este lienzo, en el que aparece una anciana, con un libro en su regazo, que muestra a un niño que está a sus pies. El ambiente no es doméstico, pues está enmarcado en una arquitectura que evoca un templo.

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