viernes, 16 de enero de 2015

San Apolinar el Nuevo. Curación del paralítico de Cafarnaum.

Curación del paralítico de Cafarnaum. Siglo VI. Anónimo
Mosaico
San Apolinar el Nuevo. Ravena

Leemos hoy en la Eucaristía el milagro de la curación del paralítico en Cafarnaum. Jesús estaba en casa y acude tanta gente, que apenas caben. Quieren presentarle un paralítico, para que lo cure. Como no pueden introducirlo a causa del gentío,hacen un agujero en el techo y lo descuelgan por allí. A partir de aquí, el diálogo sobrepasa la mera curación de una enfermedad.

Viendo Jesús la fe que tenían, le dijo al paralítico: «Hijo, tus pecados quedan perdonados.» Unos escribas, que estaban allí sentados, pensaban para sus adentros: «Por qué habla éste así? Blasfema. ¿Quién puede perdonar pecados, fuera de Dios?» Jesús se dio cuenta de lo que pensaban y les dijo: «¿Por qué pensáis eso? ¿Qué es más fácil: decirle al paralítico "tus pecados quedan perdonados" o decirle "levántate, coge la camilla y echa a andar"? Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados ... » Entonces le dijo al paralítico: «Contigo hablo: Levántate, coge tu camilla y vete a tu casa.» Se levantó inmediatamente, cogió la camilla y salió a la vista de todos. Se quedaron atónitos y daban gloria a Dios, diciendo: «Nunca hemos visto una cosa igual.»

Jesús aparece como el Hijo de Dios, con poder para perdonar los pecados, no como un simple taumaturgo, al estilo de los antiguos profetas. Así lo concibe el mosaico que hoy contemplamos. Ornamenta una pared de la basílica de san Apolinar el Nuevo de Ravena. Cristo porta un nimbo crucífero, que denota su persona y su poder. Se ve la casa, desde cuyo tejado dos hombres descuelgan al paralítico. Es clara la influencia bizantina, y magnífica la majestad que muestra un Cristo joven e imberbe.

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