lunes, 23 de febrero de 2015

Jan van Eyck. El Juicio Final

El Juicio final. 1435-1440. Jan van Eyck
Óleo sobre tabla. Medidas: 55 x 19 cm por tabla
 Museo Metropolitano de Arte. Nueva York

Contemplamos la imagen del Juicio Final, con la que la liturgia nos invita a revisar nuestra vida cristiana mirando a nuestro prójimo. Este tema tuvo una hondo repercusión en la iconografía cristiana. Hoy contemplamos un díptico de Van Eyck, que nos muestra a la izquierda la Crucifixión del Señor; y, a la derecha, el Juicio final.

Estas pinturas exquisitas, yuxtaponiendo el sacrificio de Cristo para la salvación de la humanidad con el Juicio Final, son de Jan van Eyck, el pintor más célebre de la Europa del siglo XV, y un asistente. La crucifixión se presenta como una visión de un personaje ante un paisaje lejano, sorprendente por su profundidad y sutileza de la descripción. Por el contrario, el juicio final está organizado hieráticamente en tres niveles.

En el nivel superior Cristo preside el tribunal que juzga el mundo. En el centro, los muertos resucitan al toque de los ángeles que rodean al Señor, tanto en la tierra como en el mar. Por último, en la parte inferior, aparece el infierno y los condenados, dentro de una caverna que preside el esqueleto de la muerte.


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