sábado, 14 de febrero de 2015

Retrato de un fraile trinitario

Retrato de un fraile trinitario, 1600-1650. Seguidor de El Greco
Óleo sobre lienzo, Medidas: 35 x 26 cm
Museo del Prado. Madrid

Recordamos hoy la santidad de un gran místico español: san Juan Bautista de la Concepción. Hijo quinto de los ocho que tuvieron Marcos García Xixón e Isabel López Rico, labradores acomodados, sintió una temprana vocación religiosa que reflejó en «jugar a santo» por medio de un acusado ascetismo que puso en peligro su salud infantil. Recuperado a duras penas de su anorexia, mal que le perseguirá durante casi toda su vida, su vocación se fortaleció al pasar por la localidad Santa Teresa de Jesús en 1574 ó 1576, quien profetizó a sus padres el futuro del niño. Estudió gramática con los Carmelitas Descalzos de Almodóvar y luego teología en Baeza y Toledo, donde tomó el hábito de los Trinitarios Calzados. Profesó el 29 de junio de 1581. Allí estudió también filosofía con San Simón de Rojas. Luego cursó cuatro cursos de teología en Alcalá de Henares y marchó a Sevilla, pero entonces tuvo una revelación al salir de Écija, cuando le acometió una Nube sobre mí que sin saber donde se juntó y formó, con tales truenos, relámpagos, piedras y aire, que cada relámpago que sobre mí caía era un rayo que me decía: enmiéndate, que si no acabarás. Pasó la tempestad y yo quedé Recoleto con voto y con obligación, con deseo y con voluntad.

Y concibe el deseo de reformar la Orden trinitaria para hacerla más rigurosa; marcha primero a Valdepeñas y luego a Roma, donde llega el 21 de marzo de 1598. Tiene que sufrir la oposición de los trinitarios calzados y tras varias dilaciones, detenciones y maniobras, logró el breve de erección de la reforma el 20 de agosto de 1599. De vuelta a España tomó posesión del convento de Valdepeñas en 1600; desde 1601 a 1605 fundó ocho conventos: Alcalá, Madrid y Salamanca. Elegido provincial, continúa fundando hasta siete casas, algunas importantes, cuales son Salamanca, Baeza, Córdoba, Sevilla y Pamplona. Escribe para sus monjes numerosas obras ascéticas y un caudaloso Epistolario, en total ocho nutridos tomos de vario contenido, siempre en prosa y de tema moral, teológico o ascético. También una relación autobiográfica y algunas obras místicas. Cesa de provincial en 1609, pero funda aún el monasterio de Toledo (1611) y trabaja en la fundación del de Sanlúcar de Barrameda, a pesar de un molesto mal de vejiga del que es operado y mal curado; se le ordena que cese de esas gestiones y se retira a Córdoba, donde se agravan sus achaques; allí fallece el 14 de febrero de 1613.

La obra que contemplamos es el retrato de un hombre joven que viste sayal blanco y capa negra, colores que se corresponden con el hábito de la orden trinitaria. El rostro delgado y de mejillas descarnadas está representado de tres cuartos, destacado sobre el fondo marrón oscuro gracias a una iluminación intensa y frontal. Los ojos claros y almendrados se perfilan bajo unas arqueadas cejas; sobre la frente, ancha y despejada, se dibuja un pelo corto y ralo, ligeramente entrecano. Lleva finas patillas, además de bigote y perilla incipientes.

Se trata de una obra que presenta una resolución pictórica que se aproxima a la de la producción tardía del Greco, con una vibrante modulación de ocres, grises y naranjas que da al rostro del personaje un vívido moldeado. Sin embargo un estudio detenido de esta cabeza nos advierte sobre las diferencias de la misma con respecto a las obras de mano del pintor. El perfilado del lado derecho del rostro se realiza por medio de una fina línea oscura que podría recordar los contornos negros con que el Greco encajaba las figuras. El artista realizaba esta operación sobre el color de preparación, ese característico tono rojizo acastañado que aflora en todas sus obras, especialmente en los fondos como en zonas de la vestimenta. En el caso de este retrato, no se trata de un trazo de encaje que inicia la construcción de la obra, sino de una imitación de este recurso pictórico, realizada en la superficie pictórica, sobre la carnación ocre.

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