miércoles, 22 de abril de 2015

Yáñez de la Almedina

Cristo eucarístico. 1515-1518. Fernando Yáñez de la Almedina
Óleo sobre tabla. Medidas: 68 cm x 54 cm.
Galería Caylus. Madrid

«Yo soy el pan de la vida. El que viene a mí no pasará hambre, y el que cree en mí nunca pasará sed; pero, como os he dicho, me habéis visto y no creéis. Todo lo que me da el Padre vendrá a mí, y al que venga a mí no lo echaré afuera, porque he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado. Ésta es la voluntad del que me ha enviado: que no pierda nada de lo que me dio, sino que lo resucite en el último día. Esta es la voluntad de mi Padre: que todo el que ve al Hijo y cree en él tenga vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día.»

Seguimos con el discurso eucarístico de Jesús, según el Evangelio de san Juan. Por eso, contemplamos hoy una tabla de Yáñez de la Almedian, que nos muestra un retrato del Señor en relación con la Eucaristía. La iconografía del Salvador Eucarístico tiene gran tradición en la Pintura Valenciana desde finales del siglo XV hasta mediados del XVI con las obras de Juan de Juanes. Estilísticamente la tabla que hoy contemplamos pertenece al período entre 1515 y 1519, año en que Yáñez de la Almedina abandona la ciudad a causa de la peste o de la Revuelta de las Germanías (1519-1521) para regresar a su Almedina natal.

Cristo aparece sosteniendo con la mano izquierda el cáliz, sobre el que se yergue la Sagrada Hostia; la mano derecha está bendiciendo. La tabla ostenta una inscripción latina, grabada y dorada: Hoc est enim corpus meum. Hic est enim cálix sanguinis mei novi et eterni testamenti misteriu fidei qui pro vobis et promultis effendetur in remissionem peccator. Es decir: Esto es mi Cuerpo. Este el cáliz de mi sangre, de la nueva y eterna alianza, del misterio de la fe que por vosotros y por los muchos se derrama en remisión de los pecados. En esencia, responde a las palabras que pronuncia el sacerdote durante la Consagración

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